jueves, 27 de diciembre de 2007

Vamos por partes

Al igual que mi blog de letras (literatura), este va a ser mi recordatorio de música. Aquí guardaré un poco de todo, pero todo lo que guarde será lo que me gusta. Yo he pasado por todas las épocas: me inicié con la música de mis padres, allá por los irrepetibles setenta, con un radiocassette Panasonic que les debió de costar un pastón. Ya se adivina, ¿no?... Beatles, pop español de los sesenta, etc. Mi primer disco (que escuchaba en un tocadiscos de maleta, con muchos guateques a la espalda) fue un recopilatorio de Elvis. Después el "gracias por la música" de ABBA pero en castellano (un amigo sueco alucinaba cuando se lo puse no hace mucho). Y así, poco a poco, pasé por el Dúo Dinámico, los Brincos, José Guardiola, los TNT (a estos dos últimos me los ponían mis padres cuando era muy muy pequeñito y me entusiasmaban), los discos de Fundador, la copla de la época, los baladistas, los antídotos para la Elvismanía como Billy Fury, luego fueron llegando los coleccionables de los sesenta de los Beatles, Rolling, Jerry Lee Lewis, antologías del rock... En fin, toda una historia.

Después empecé a completar la gama de estilos, yendo desde los baladistas de los setenta como Nino Bravo, Julio Iglesias, Perales, Juan Pardo, Mocedades, hasta los genios de la -existente o no me da igual, pero haberlas haylas- Movida Madrileña como Leño, Radio Futura, Luz Casal, Mecano, Alaska, Ilegales, Ramoncín..., así como sus efectos colaterales "en provincias", como Golpes Bajos, Siniestro Total, Cómplices, Gurruchaga y sus chicos de la Orquesta Mondragón, no me pises que llevo chanclas... y pasando por cantautores como Víctor Manuel, la Mandrágora (Sabina), Joan Manuel Serrat...

Me falta espacio para enumerar toda la música que he vivido ¡qué suerte haber nacido en los sesenta y haber disfrutado de toda la música desde los cincuenta hasta hoy! Hice mis escarceos con el Jazz a través de la Simone y Louis Armstrong aunque el jazz en sí no llegó a calar en mí, me desvié hacia el rythm & blues de Ike and Tina Turner y de ahí fue fácil pasar al soul. La melodía de las Américas no me fue ajena: Roberto Carlos, la bachata del bachatero mayor del imperio Juan Luis Guerra, la Estefan, José Feliciano, Antonio Machín y hasta Kenny Rogers.

La clásica me llegó de manos de Pachelbel. Lo oí en la radio sin saber lo que era y no paré hasta identificarlo y encontrarlo. Siguió Tchaikovsky y etc. Simultaneé esto con el disco, que se inició mucho antes con Bee Gees y "fiebre del sábado noche" pero que tuvo su continuidad en música más de la época. Desde este punto fue fácil derivar hacia el tecno: Eurythmics, Depeche Mode; así como hacia otras músicas como el break.
Luego, vino la explosión celta e instrumental: Mike Oldfield, Labanda, Milladoiro, Gwendal, los escoceses, los irlandeses, los galeses, los bretones (¿de dónde creeis que viene lo de diaouled ar menez -diablos de la montaña-?) e incluso Jarre.
Bueno, puedo seguir indefinidamente, pero para rematar está la época salsón, vuelta al pop aunque actual y la guinda y crème de la crème, el flamenco, soy muy camaronero. Por cierto, en un momento dado, hace pocos años, me dí cuenta de que tenía un montón de discos de mujeres.

A continuación, creo que voy a hacer un poco de inventario comentado de lo que tengo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Al jazz hay que entrar poco a poco, porque si no, no hay manera. Te recomiendo una recopilación de Blue Note titulada "Ahora Jazz" (2 CD). Es de digestión muy fácil. Una vez escuchado, decides qué te gusta y que no y, a partir de ahí, ya puedes ir ampliando.
Recomendaciones: Vista tu trayectoria, además de los que mencionas, te podrían interesar: Louis Prima, Chick Corea (Electric Band), Django Reinhardt, Stefan Grapelli, Pat Metheny, Chet Baker, Al Di Meola, Norah Jones, Patricia Barber, Toots Thielemans...

Anónimo dijo...

Como a tí, me gusta el folk celtorro y algunas cosas (pocas) de clásica. No podía ser de otra forma que mi obra clásica favorita sea la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak, y más después de visitar Escocia y de que 2 de cada 10 gaiteros callejeros tocaran un típico pasaje de esta obra (otra pista: también aparece en el disco de los bretones Kevren Brest)

Anónimo dijo...

Se me olvidaba: La sinfonía del Nuevo Mundo es, junto con las 4 estaciones de Vivaldi, la obra clásica más utilizada en publicidad televisiva (recordar por ejemplo, la perrita Pipin de "¿Ves demasiada TV?" o las "Salchichas Snackis") ;-)

JotaJota dijo...

Se nota que te has empapado de Jazz. A ver si escucho algo de lo que me recomiendas. A Chick Corea (Electric Band), Pat Metheny, Al Di Meola y Norah Jones los habré escuchado en algún momento, seguro. En realidad ya decidí hace mucho que no me gusta el jazz, pero nunca es tarde.

En cuanto a la sinfonía del nuevo mundo, lo mismo. No es que me guste toda la clásica, pero sí que hay muchos pasajes de obras conocidas que me parecen sencillamente sobrenaturales, incluyendo ópera (tengo un CD que se llama algo así como las mejores óperas del mundo que flipa, con los mejores intérpretes).

Anónimo dijo...

El Jazz me llegó a través de mi mujer, porque antes lo toleraba poco (aunque algunas cosas me gustaban). A veces es más técnica que belleza (y sus detractores), pero por técnica me acabo entrando a través del amor por algunos instrumentos.

Si por ejemplo, te gusta la guitarra (y en tu otro blog comentas tener una española y un eléctrica) y conoces algo de su técnica (no hace falta tocar bien) y escuchas un día a Django Reinhardt, aunque no te guste el Jazz, acabas impresionado por lo que es capaz de hacer (y más cuando te enteras de que tenía la mano izquierda medio imposibilitada por un incendio en su caravana!) y acabas adoptando el Jazz sin darte cuenta.
Así entré a Di Meola o Metheny, y también al propio Django (en este caso, a mi mujer le gusta mucho Grapelli -y a mi- pero yo no podía evitar fijarme más en el sonido de la guitarra "gitana" -no flamenca, ojo- que le acompañaba en el quinteto del Hot Club de Francia...)

Igual me sucedió cuando me dio por la armónica y me volví loco buscando discos de este instrumento (que no fueran de Blues) hasta que di con el "Brazil Project" de Thielemans, y de ahí a otros discos de este genial músico y a su tema más famoso: "Bluesette".

Si te gusta el piano o los teclados y escuchas a Art Tatum acabas enganchado.

Otra forma segura de engancharse al jazz es acudir a un buen concierto, mejor si es en un club pequeño. Antes iba mucho por el Café Central, en Madrid, donde ha disfrutado con Tete Montoliú o Pedro Iturralde, por ejemplo. Es entretenidísimo estar cerca y atento a los guiños, los gestos y la complicidad entre los músicos, cómo se indican, se apoyan y se dan réplicas, ajustes, correcciones, etc. En el disco no te enteras pero en directo lo ves y notas todo a poco que estés atento. Cuando, por ejemplo, uno se equivoca en el piano y ves como el bajo le guía para volver al tono, o cuando un "solo" improvisado se está quedando algo soso en algunas partes y ves como el batería, por ejemplo, le rellena (a este respecto, nunca podré olvidar un concierto en Madrid de la Chick Corea Electric Band, en la que la compenetración entre Corea, Patitucci y ese peacho de batería que es Weckl, era prodigiosa...

Menos mal que hoy en día, si no quieres arriesgarte comprando un disco para investigar, puedes poner en el You Tube el nombre de un músico y te haces una idea